Gamers or Yogis

¿«Gamers» o «Yogis»? ¿Cuál comunidad digital tiene más valor?

Gamers vs. Yogis

Photo by Fredrick Tendong on Unsplash

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El tema de las comunidades digitales está cada vez más presente tanto en las conversaciones dentro de las empresas como en el día a día de las personas. La gente se pregunta, entre otras cosas, cuál es el valor que tienen todas estas comunidades.

Hay cientos de comunidades digitales en Internet. Con sólo echarles un vistazo no cabe duda que hay diferencias importantes entre las distintas comunidades que existen. Una comunidad de gamers se reúne, habla, y comparte de manera muy distinta a una comunidad de yogis. Es evidente, son actividades diferentes y la gente que las compone también son muy diferentes.

Si estas dos comunidades son tan distintas tanto en su forma como en su fondo — y lo mismo se puede decir de muchas otras comparaciones entre comunidades digitales de distinto nicho —¿cómo saber entonces cuál tiene más valor?

Bueno, eso dependerá de lo que «valor» signifique. Hay dos maneras de ver ese significado aquí. La perspectiva del miembro de una comunidad y cómo esa persona valora dicha comunidad, y la perspectiva del que crea, desarrolla, y maneja una comunidad.

Si definimos «valor» desde la perspectiva del miembro, típicamente observamos que para esa persona la comunidad a la que pertenece debe aportarle cosas tales como aprendizaje, entretenimiento, posibilidad de compartir con otras personas con intereses comunes, y la sensación (intrínseca y fundamentalmente humana) de pertenecer a un grupo.

Pero si evaluamos el significado de «valor» desde la perspectiva de quien desea crear comunidad digital, y tal vez hacer negocios, la cosa cambia. Y cambia bastante.

Recordemos que el concepto de comunidad es tan antiguo como el ser humano. El hombre siempre ha querido formar comunidad, y cuando se crea comunidad automáticamente se genera contenido. Es con ello con lo que nos relacionamos; contenido.

Por otro lado, y a diferencia de cuando no teníamos estas tecnologías, ahora se puede formar «comunidad» a distancia, con gente completamente desconocida, y a pesar de idiomas diferentes y husos horarios distintos. Y como si esas condiciones no representaran suficiente diferencia entre una comunidad y una comunidad digital, ahora toda la interacción de todos esos miembros se puede registrar y medir — desde cada palabra que dijiste hasta dónde pusiste el dedo y por cuánto tiempo. Es decir, ahora hay más contenido.

Todas estas características del ecosistema digital han hecho que las personas asocien casi automáticamente la frase ‹‹comunidad digital›› con ‹‹negocio y dinero››. Es acertado decir que las comunidades digitales ofrecen oportunidades de negocio claras y tentadoras.

Por lo explicado hasta ahora, el significado de ‹‹valor››, para aquella persona que desea crear y desarrollar una comunidad digital y tal vez hacer negocios, debería estar centrado en la cantidad y calidad del contenido que existe en una comunidad. Sin embargo, observo frecuentemente a personas y a empresas considerando la creación y desarrollo de una comunidad digital y la variable más presente en las conversaciones es la evaluación de la capacidad de monetización de dicha comunidad. Evaluemos eso brevemente.

Si como ejercicio mental supusiéramos que lo más valioso de estas comunidades es la capacidad de producir dinero, podríamos argumentar que los gamers son mejor negocio que los yogis porque van a comprar los videojuegos que se recomienden en la comunidad. Tal vez pudiéramos pensar que los yogis comprando clases de yoga no van a generar el rédito de los videojuegos​. O tal vez pudiéramos pensar que a los yogis les podemos vender más cosas que a los gamers; pudieran comprar la ropa y los accesorios y hasta adquirir la comida que sea popular dentro de la comunidad.

La verdad es que muchas de esas suposiciones caben dentro de las posibilidades. Todo eso es factible, y más. Pero no importa. Es casi irrelevante. De hecho, ese ejercicio mental de valorar una comunidad digital — incluso cuando se piensa abiertamente hacer​ negocios en algún momento — por el dinero que se pueda generar en o a través de ella, es un error. Un grave error.

Es un error porque la gente que conformará esa comunidad digital no estará allí para ser parte de una transacción comercial. Ya describimos arriba algunas de las razones del por qué la gente se hace miembro de una comunidad. Sí, desean realizar transacciones, pero no las del tipo comercial. No al principio. Y la mayoría de las veces, introducir el elemento transaccional comercial de manera muy temprana sella el fracaso a largo plazo de dicha comunidad.

El peligro aquí está en la definición de ‹‹valor›› desde la perspectiva de la persona, o empresa, que desea crear y desarrollar una comunidad digital como negocio. No importa cuánto dinero puedan dar en teoría. Insisto, aunque son significativas las diferencias entre un nicho y otro, sigue siendo irrelevante. Lo que importa es cuánto puedes aportar a esa comunidad que deseas crear.

La comunidad digital que tiene más valor es aquella en la que tú puedes generar y compartir más valor agregado.

Es en esas comunidades en las que podrás hacer negocios, y sí, dinero, más del que imaginas. En otra entrega podemos hablar a cerca de las distintas maneras en las que se pueden monetizar las comunidades digitales, pero no puedes evaluar estas comunidades como evalúas líneas de productos a producir y vender. Si no entiendes esto no entiendes el mundo digital. Y el mundo se hace cada día más digital. Espero veas la importancia.

Foodies, viajeros, emprendedores, gamers, yogis, da igual. Revisa quién eres tú, qué te importa realmente, en qué crees, de qué quieres aprender o de qué sabes para compartir.

Los negocios son ahora más que nunca producto de las relaciones de valor agregado.

Las ventas no se persiguen en el mundo digital; ellas aparecen, suceden, fluyen.

Ya no se trata de persuasión, se trata de revelación.

Muéstrame qué puedes agregar​ y compartir.

De esta manera te digo: únete a las comunidades donde se encuentre la gente que cree en lo que tú crees y donde sientas que están tus intereses. Si no encuentras tal comunidad, tal vez es momento de empezar y desarrollar una.

Si quieres que esa nueva comunidad tenga algún chance, olvídate del ‹‹potencial de monetización›› por un buen tiempo. Concéntrate en mostrar, compartir, y agregar el máximo valor que puedas. Paciencia y mantén la comunidad enfocada alrededor del tema y razón específica de su creación y existencia.

Si lo haces bien, y no caes en tentaciones, aparecerán orgánicamente no una sino varias fuentes de monetización e ingresos.

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WRITTEN BY

Jacobo Gheller

Marketing strategist. T-shaped in brand strategy, digital analytics, public speaking and training.
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