Cuando hablamos de «estrategias», esencialmente buscamos encontrar el mejor camino para alcanzar un objetivo. Y al igual que con los caminos, a veces podemos ver decenas de vías distintas para llegar a la meta y a veces pareciera no haber ninguna senda preestablecida y disponible.
A veces podemos aplicar la misma estrategia en diferentes escenarios, pero suele suceder que cada situación tiene sus particularidades y se requieren estrategias distintas.
Encontrar el camino correcto (la estrategia adecuada) es un proceso. No es trivial. En parte porque se requiere de un recurso, que aunque muy abundante hoy en día, a veces no es nada fácil de adquirir y mucho menos de analizar: la data. Y por otro lado, también se requiere de la persona que dentro de sus labores realizará el análisis (o parte del mismo) y derivará conclusiones significativas. Es decir, se requiere de un estratega.
El tema se extiende y tiene capas de complejidad. Por ejemplo, hay muchos casos donde los estrategas delegan los análisis a analistas especializados. Están los escenarios donde el encontrar y recopilar la información (data) necesaria es trabajo de un grupo de personas separado, pero vinculado, al de los analistas y estrategas.
El punto que quiero transmitir hasta aquí es que trazar estrategias lo hace cualquiera, pero formular estrategias basadas en investigación y experimentación profesional lo hace el que puede.
Hay cientos, si no miles, de «estrategas» en la calle. Suena profesional, así que muchos se colocan esa etiqueta. Hay estratega de lo que quieras: estratega financiero, estratega de mercados, estratega fiscal, estratega legal, estratega de negocios, estratega de mercadeo, estratega de redes sociales, estratega inmobiliario, estratega agrícola, y seguro por ahí habrá el que se auto-denomina «estratega estratégico».
Dios nos ayude.
Diversas disciplinas requieren de estrategas, claro está. Y como en cualquier profesión, no es lo mismo ser un estratega que un buen estratega. Quisiera que todas esas personas tuviesen los atributos necesarios para desempeñarse como tal, pero últimamente me he encontrado con muchos «estrategas» sin atributos relevantes a la función.
Quiero compartir contigo lo que en mi opinión son 6 atributos indispensables de todo buen estratega. Así que si quieres ser uno, o si estás pensando contratar a uno, esa persona debe poseer los siguientes atributos:
- Analítico. Posee visión de conjunto y capacidad de síntesis. Le gusta hacer comparaciones, tabula la información que encuentra, calcula y sopesa los resultados. No pone la foto más bonita en Tinder, pone la que mejor convierte.
- Curioso. Investiga desde el cómo hasta el porqué de las cosas. Busca debajo de las piedras si es necesario porque necesita saber. Google es su mejor amigo.
- Organizado. Clasifica toda la información que recibe. Piensa con estructura jerárquica. En su mente hay estantes con gavetas y carpetas bien etiquetados.
- Comunicador. Habla claro y directo. Articula y transmite lo que logró entender de su investigación o experimentación y las razones por las cuales sugiere una cosa sobre la otra.
- Proactivo. Le gusta experimentar. Prueba varios caminos para llegar al mismo sitio. No espera que le den permiso para comenzar. Toma la iniciativa.
- Insistente. Sabe que no siempre se encuentra el mejor camino en la primera iteración. Está acostumbrado a caerse y levantarse. Si algo salió bien, pasa poco tiempo hasta que se pregunta si con algunos cambios puede salir aún mejor.
Esta no es una lista exhaustiva. Hay muchos otros atributos que hacen de un buen estratega uno extraordinario. Pero creo que estos 6 anteriores son fundamentales.
No te estoy recomendando que borres el título de estratega de tu tarjeta de presentación o tu perfil en redes sociales. Comparto contigo esta pequeña lista con la esperanza de que te encuentres en alguno de los 6 puntos, y en los que no, te animes tal vez a trabajar en ellos. Personalmente creo que hace falta mucha más gente con los atributos antes mencionados.