En una reciente conversación telefónica una amiga me confesó que se sentía fracasada. Ustedes no la conocen pero es una mujer muy talentosa; de hecho, es muy exitosa también. Sucede que se está encontrando con nuevos retos y obstáculos en esta nueva etapa de su vida, y bueno, está cometiendo errores. Este corto pensamiento es para ella y para todas las admirablemente talentosas mujeres que conozco.
No puedes ser la mejor en tu campo, ni en nada, si no pasas por intentos fallidos. Sólo se llega a ser la mejor cuando se está constantemente evolucionando. La evolución es la corrección y la optimización del estado presente y pasado. El error presenta la evidencia de que hay material para optimizar, y así evolucionar.
¡Equivócate! Comete errores rápido y barato. Aprende lo más seguido posible.
Sentir rabia (por el error) será normal al principio. Estás incurriendo en un acto que psicológicamente no aceptas todavía.
Sugiero que pienses esto y te lo digas a ti misma: «Fallé, ahora puedo pulirlo más e intentar nuevamente para que encaje mejor con el resto de mis aciertos y virtudes. Me estoy convirtiendo en la mejor en mi campo. Fallar es bueno. Ahora siento rabia. Mañana sentiré orgullo y placer por el avance».
Recordemos entonces que las equivocaciones son necesarias y deben ser bienvenidas. Te deseo muchos errores —de los poco costosos, por supuesto.